Un escritor no sólo puede tener valor por lo que otro afirma de él. Al menos eso es lo deseable. En todo caso, el tiempo, ese silencioso e incesante crítico literario, es el que despeja las nieblas de los ditirambos dionisíacos que, por muy diferentes intereses, alguien recitó a la luna de los charc...
Un escritor no sólo puede tener valor por lo que otro afirma de él. Al menos eso es lo deseable. En todo caso, el tiempo, ese silencioso e incesante crítico literario, es el que despeja las nieblas de los ditirambos dionisíacos que, por muy diferentes intereses, alguien recitó a la luna de los charcos en honor al supuesto artista. Rafael Cansinos Assens fue durante un tiempo una sombra desconocida a los pies de la alargada figura de Jorge Luis Borges, que lo reconoció como maestro y que lo consideró un extenso y detallado atlas del saber literario. Poco a poco la salida a la luz de la obra del autor ha ido ayudando a que las palabras de admiración del argentino se hayan convertido paulatinamente en un mero eco que se apaga y que así nos permite oír la portentosa voz de un autor que no necesita de coros para poder ocupar un puesto de importancia dentro de la literatura española.
El joven Cansinos vio la tienda del Romanticismo cerrada ya por agotamiento, vivió el Madrid bohemio y modernista, abrazó posteriormente la causa ultraísta y convino (o convinieron por él) que el exilio interior en la posguerra era su mejor salida para no acabar en lugares más lúgubres si cabe. Este acelerón biográfico no puede obviar que el sevillano, mientras Gómez de la Serna pontificaba en El Pombo, orquestaba otra tertulia en El Colonial a la que asistía un jovencísimo y entusiasta Borges. Vivía en la Morería, muy cerca del ultraísta viaducto donde muchos encontraron –como diría Max Estrella– la regeneración con un vuelo. Esta etapa vital figura maravillosamente viva en sus no menos excelentes tres tomos de memorias La novela de un literato. El franquismo lo depuró por llevar una “vida rara” (cuestión esta muy vinculada a sus relaciones con el mundo judío) y por consiguiente lo despojó del carné de periodista. Hasta el año de su muerte, el autor llevó una titánica tarea de traducción para la editorial Aguilar, vertiendo al castellano a autor...
Este sitio web almacena datos como cookies para habilitar la funcionalidad necesaria del sitio, incluidos análisis y personalización. Puede cambiar su configuración en cualquier momento o aceptar la configuración predeterminada.
Las cookies necesarias ayudan a hacer una página web utilizable activando funciones básicas como la navegación en la página y el acceso a áreas seguras de la página web. La página web no puede funcionar adecuadamente sin estas cookies.
Personalización
Las cookies de personalización permiten a la página web recordar información que cambia la forma en que la página se comporta o el aspecto que tiene, como su idioma preferido o la región en la que usted se encuentra.
Análisis
Las cookies estadísticas ayudan a los propietarios de páginas web a comprender cómo interactúan los visitantes con las páginas web reuniendo y proporcionando información de forma anónima.
Marketing
Las cookies de marketing se utilizan para rastrear a los visitantes en las páginas web. La intención es mostrar anuncios relevantes y atractivos para el usuario individual, y por lo tanto, más valiosos para los editores y terceros anunciantes.