«Prefiero el campo de la matemática en el que no se sabe muy bien qué se hace», en el que las fronteras son móviles y abiertas, y en el que hay una zona del conocimiento «en el que aún se puede experimentar maravillas» : así escribe René Thom, quien recibió en 1958 la Medalla Fields (equivalente al Premio Nobel) y que, en los años setenta, desafió en su propio terreno a físicos y biólogos, a economistas y lingüistas, proponiendo, ya con su célebre «teoría de las catástrofes», una nueva manera de considerar todas las transformaciones que se producen de un modo brusco, imprevisto, dramático.
En esta larga entrevista, en la que se habla de matemática y embriología, de lingüística y de antropología e historia, René Thom no sólo consigue aclarar el sentido profundo de las analogías («parábolas») que explican algunos de los más enigmáticos y fascinantes fenómenos discontinuos (o «catástrofes») —desde la diferenciación en el desarrollo embrional hasta las grandes crisis político-sociales—, sino que contesta punto por punto a críticos y opositores. Reservado ante los entusiasmos demasiado fáciles con respecto al «progreso» científico y tecnológico, observador atento de los distintos sistemas de investigación, estudioso sensible a los complicados lazos entre sociedad y ciencia, René Thom no hace aquí sino trazar una imagen de la ciencia misma que, al entrar en más de una ocasión en conflicto con las más afianzadas creencias de nuestro tiempo, consigue revivir en el contexto de instrumentos intelectuales modernísimos, las concreción, tan querida por el filósofo griego Heráclito, de la génesis de las formas a través del conflicto.