Cande no sabe qué hacer. Está triste, perdida, rota. Se refugia en sus amigas y comienza una relación con Marcos sólo para huir de Sergio.
Por su parte, Sergio trata de arreglarlo, pero hay cosas que, por mucho que luchemos, son muy difíciles de olvidar. No pueden estar juntos, pero tampoco saben estar separados, y las peleas se convierten en el único vínculo que los une. Sin embargo, en medio de esa vorágine, cuando se miran, sólo pueden recordar cuánto se quieren, y la pasión más incontenible parece seguir latente.
Ahora toca dar un paso adelante para descubrir si el amor es tan fuerte como creemos; si somos capaces de perdonar y de olvidar; saber cuánto valen los besos y los «te quiero», y si podemos volver a pronunciar esas palabras cuando tenemos demasiado miedo.