En los sombríos años cuarenta Barcelona era ya la capital del cómic y el tebeo español gracias a editoriales como Bruguera (sucesora de El Gato Negro), Marco, Ameller o Toray. Fueron ellas las principales responsables de entretener a los niños españoles de la dura posguerra con una infinidad de aventuras gráficas. Enrique Rodríguez Cepeda (Palencia, 1939) historia y documenta en este libro la riquísima y poco conocida labor de uno de los grandes de estos años de hierro: Emili Boix, prolífico y exitoso dibujante y creador de historias en docenas de cabeceras de los años cuarenta y cincuenta, aunque sus inicios fueran muy anteriores. Hipo, Monito y Fifi, Cartapacio y Seguidilla, Pingo, Tongo y Pilongo o Garbancito, fueron algunos de los más recordados personajes que creó y que fascinaron, divirtieron e incluso, a su modo, educaron a un par de generaciones. Así, gracias a su dinámica perspectiva del dibujo y a sus simpáticas y graciosas creaciones podemos reconocerle hoy como un clásico del tebeo español.
Enrique Rodríguez Cepeda (Palencia, 1939) desde su graduación en 1965 de la Universidad Central de Madrid ha sido, y es, un amante consagrado de la cultura popular española. Su predilección abarca desde un gusto singular por los tebeos, una inclinación por el romancero y la cerámica. Ha impartido literatura española en diferentes universidades de Estados Unidos (Berkley, Hayward y UCLA donde fue regente de la cátedra Cervantes. Es autor de varias ediciones críticas para las editoriales Cátedra y Akal sobre Luis Vélez de Guevara, Lope de Vega, Calderón de la Barca, y Padre Isla (Fray Gerundio de Campazas). En los últimos 15 años se ha dedicado al estudio y crítica de autores que forman la columna vertebral de los libros que han tenido una historia crítica, compleja y contradictoria como ha sido el El Quijote, el Lazarillo y el Evangelio en Triunfo de Pablo de Olavide.