Tombuctú es una ciudad con esencia de símbolo. Ciudad bendita o maldita, a nadie deja indiferente. De su sorprendente y fantástica historia, de las increíbles bibliotecas que atesora, de los valiosísimos manuscritos que custodia y de los viejos linajes descendientes del exilio hispano centenario, nos escriben e ilustran dos sabios, Ismael Diadié, nacido y criado en Tombuctú, el último custodio de la biblioteca, cuyos secretos desvelará durante las enjundiosas entrevistas que mantiene con Antonio Llaguno, almeriense ilustre, convertido en el mejor embajador en España que jamás vieran los siglos de lo que significa Tombuctú, de la familia Kati y del legado universal y maravilloso de su biblioteca secular. Leeremos la historia de una saga familiar que exiliada de Toledo en el siglo XV atravesó el desierto llevando como único equipaje la amargura de la huida y manuscritos raros que serían la semilla de una valiosísima biblioteca que logró atravesar milagrosamente océanos de tiempo para llegar hasta nuestros días en razonable estado de conservación. Mahmud Kati, hijo de Ali ben Ziyad el toledano, el Quti, el andalusí, emparentaría con la familia imperial del Songhai y escribiría la primera historia de África. Y de ahí, hasta Ismael Diadié, descendiente directo de aquel primer Quti africano. Pero además de esta historia familiar, también conoceremos de la historia de Tombuctú y, sobre todo, de los intelectuales, de los religiosos y de los militares andalusíes, compaisanos nuestros, que durante siglos emigraron y se mestizaron en la hermosa ciudad del Níger. Y en el tercer y último cuerpo del libro encontraremos un conjunto de escritos de ambos coautores que complementan y enriquecen el contenido de la obra, así como la traducción inédita de algunos manuscritos del Fondo Kati y el prólogo, también inédito en español, a la primera edición francesa de la historia de África escrita por Mahmud Kati.