Cerca de un millo´n de hombres, mujeres y nin~os africanos fueron arrancados de su tierra natal y forzados a desplazarse a Cuba donde fueron esclavizados. Este e´xodo involuntario se extendio´ desde los inicios del siglo diecise´is hasta finales de la de´cada de 1860 y constituyo´ el tra´fico continuo de personas provenientes de A´frica ma´s largo y sostenido en toda la historia del mundo atla´ntico. El 88 por ciento de las vi´ctimas arribo´ la isla tardi´amente, entre 1790 y 1867, en plena era de las revoluciones, a contrapelo de las corrientes de expansio´n de la nocio´n de los derechos humanos y del abolicionismo en el hemisferio. Varios miles de esos hombres y mujeres africanos, arrastrados a la esclavitud en la infancia, estaban vivos todavi´a a comienzos del siglo xx.
Los africanos trajeron consigo sus tradiciones culturales, sus pra´cticas poli´ticas y sus conocimientos naturales. Y tambie´n sus enfermedades ende´micas, sus anticuerpos y su ADN, dejando una impronta demogra´fica, econo´mica, poli´tica, cultural y biolo´gica, que perdura hasta hoy di´a en la isla. Sin embargo, el grueso de los estudios de los legados de la migracio´n de africanos hacia Cuba se centra en la herencia cultural: la supervivencia de los idiomas, las religiones, las tradiciones orales, la cultura culinaria, danza y la mu´sica.
??Este libro ofrece una mirada diferente a los legados de la dia´spora africana. Sus autoras y autores, desde una perspectiva multidisciplinaria, abordan temas tan diversos como la bota´nica, la alimentacio´n, la religio´n, la agricultura, la ganaderi´a, la historia de la medicina y la produccio´n de ciencia colonial, la demografi´a del tra´fico forzado y de la esclavitud y la impronta gene´tica de la migracio´n africana. Al tiempo que destacan las valiosas contribuciones de los esclavizados a la produccio´n de conocimiento natural, enriqueciendo el acervo cienti´fico del pai´s, los textos de este volumen subrayan la imbricacio´n de los circuitos de la ciencia y esclavitud. En la Cuba decimono´nica, la esclavitud permeo´ toda la sociedad, afectando el modo de producir y circular el conocimiento. Los espacios “ilustrados” donde el conocimiento natural se produci´a: el aula, el laboratorio, la sociedad cienti´fica, el jardi´n bota´nico y el museo, estaban estrechamente conectados con lugares ma´s so´rdidos como el barco de esclavos, el potro de castigo, el barraco´n y la enfermeri´a de las plantaciones.